Jorge el Curioso y la Gran Aventura en el Zoológico (Cuento Historia para niñ@s)
Había una vez un pequeño mono llamado Jorge, que vivía en la ciudad de Curiosolandia. Jorge era un mono muy inquieto y siempre estaba buscando nuevas aventuras. Un día, mientras paseaba por el parque, vio un cartel que decía: "¡Visita el Gran Zoológico de la Ciudad!".
Jorge se emocionó muchísimo, ¡nunca había estado en un zoológico antes! Sin perder tiempo, corrió hacia el zoológico. Cuando llegó, quedó impresionado por la cantidad de animales que veía a su alrededor. Había leones majestuosos, elefantes gigantes, jirafas altas y muchos otros animales fascinantes.
Pero lo que más llamó la atención de Jorge fue el recinto de los monos. Allí, vio monos de todos los tamaños y colores. Jorge se acercó a ellos y comenzó a hacerles preguntas. Aunque no entendía todo lo que decían, los monos le mostraron cómo trepar y columpiarse de las ramas.
Después de pasar un tiempo jugando con los monos, Jorge decidió explorar el zoológico por sí mismo. Encontró un grupo de pingüinos que hacían divertidos movimientos en el agua, un oso panda que comía bambú con mucha calma y hasta un cocodrilo que tomaba el sol junto al agua.
Pero mientras caminaba por el zoológico, Jorge notó algo triste. Vio a un elefante llamado Elmo que parecía estar solo y aburrido en su recinto. Jorge sabía que tenía que hacer algo para ayudar a Elmo a sentirse mejor. Así que corrió hacia la tienda de regalos y compró una gran pelota de colores.
De regreso en el recinto del elefante, Jorge lanzó la pelota hacia Elmo. El elefante quedó sorprendido al principio, pero luego comenzó a jugar con la pelota, lanzándola al aire con su trompa. Jorge se rió y se divirtió mucho jugando con Elmo.
La noticia sobre la amistad de Jorge y Elmo se extendió por todo el zoológico. Los visitantes comenzaron a aplaudir y sonreír al ver a Jorge y al elefante jugando juntos. Incluso los otros animales parecían más felices al ver la alegría en el zoológico.
Al final del día, Jorge se despidió de sus nuevos amigos en el zoológico y regresó a su casa en Curiosolandia. Estaba cansado pero feliz por todas las aventuras que había vivido. Y aunque había conocido a muchos animales interesantes, sabía que su amistad con Elmo, el elefante, sería algo que siempre atesoraría.
Y así, Jorge el Curioso demostró una vez más que la curiosidad y la amistad pueden hacer que cada día sea una gran aventura. ¡El fin!

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